Espléndidas memorias de infancia y juventud, en el que queda bien reflejado el decepcionante paso a paso por la vida cotidiana en la Unión Soviética de mediados del siglo XX.
Represión, burocracia, autoritarismo...
El colectivo por encima de los sueños, las esperanzas, y la libertad individual de una joven deseosa de comerse el mundo.
Me ha gustado mucho.
Ese punto cotidiano, triste, irónico y delicado, hacen de "Un montón de migajas" una lectura amena, risueña y atrayente.