No soy un apasionado de la novela histórica, pero he de reconocer que he disfrutado con la lectura. En ocasiones me recordaba al Conde de Montecristo, no se que pensaréis los demás.
El protagonista no ha logrado entusiasmarme, pero el malo, malísimo, me ha parecido espectacular. Todavía me horroriza tanta maldad.