Una distopía interesante, de carácter profético según algunos. Para mí, el mayor valor de esta obra que enfrenta al cristianismo con una ideología ecuménica y unitaria que lo pretende sustituir, es que precisamente Benson anticipa en dicha ideología algo que sucedería años más tarde de ser escrita su novela; el auge y triunfo del comunismo. Los discursos encendidos y cautivadores de "el señor del mundo", su figura entronizada, sus estandartes y parafernalia litúrgica, su mensaje "humanitarista", y las masas enfervorizadas cautivas de su simbolismo, recuerdan perfectamente la imagen de los líderes totalitarios de la primera mitad del siglo XX, pero es en el comunismo donde a mi entender el solapamiento y la anticipación de Benson resulta total. A fin de cuentas el comunismo pretendía un bien supremo para la humanidad. Otros han tratado de ver en esa ideología "humanitarista" que describe Benson una anticipación de los valores de nuestra sociedad actual, pero yo la entiendo excesivamente tolerante, abierta, hedonista, libre..., en suma, relativista, dónde no existe la figura de un mesías ni mucho menos la parafernalia del líder del estilo del que crea Benson- un auténtico anticristo, en suma- para hallar esa correlación. A mí me pareció sumamente interesante. Si además tienes cualquier género de interés en el hecho religioso te resultará una lectura doblemente amena.
hace 9 años