La idea del libro es buena, distante de Fausto, pero adolece de muchos errores históricos para ser considerada una novela histórica o imprescindible: Beethoven falleció en su lecho de muerte (ni siquiera podía pararse) y no frente a un piano; la Belle Époque que se comenta en 1915 fue un término acuñado recién en los años 30s; en noviembre de 1944 Orleans (Francia) ya no estaba ocupada por los nazis y eso es por citar sólo algunas gruesas imprecisiones. Por ejemplo los libros de Eco, de Vargas Llosa, de Pérez Reverté entre otros están muy bien documentados y eso le da un valor agregado enorme a la narrativa.
hace 3 años