Este libro cortito es brutal y sumamente emotivo, ya que relata una triste realidad, y está tan bien escrito que el autor te mete de cabeza en la historia y vas de sorpresa en sorpresa, y te va convirtiendo el corazón en una uva pasa. Está muy bien puesto el nombre, la metamorfosis son infinitas, y todos somos parte de ella. Y la portada, aunque parezca extraña, dice mucho de lo que contienen las páginas de este magnífico libro, ¡Vida! No puedo creer que un libro defina tantos pensamientos que tengo en mi vida cotidiana al ver la violencia machista- vicaria- infantil y los culpables saliendo de la cárcel. Me maravillo de que nadie se coja la justicia por su mano, yo creo que no podría aguantar en un caso así, tal como los que desde hace años salen en las noticias, esos que me revuelven las tripas y ni conozco a las víctimas. Pero tengo tres o cuatro casos en mente (y si lo pensáis, también en la vuestra) que me enervan y pienso, pobre madre, pobre padre. Eso ya no es vida. ¿Somos tan civilizados? ¿Creemos seriamente que las condenas son justas? ¿Pensamos que después de ocho, o de doce años… esa gentuza ha pagado lo que ha hecho y está rehabilitado para vivir en sociedad? Hacía tiempo que los ojos no se me llenaban de lágrimas, hay momentos tan emotivos… La recomiendo encarecidamente, imposible dejar de leer.
hace 1 día
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