No hay nada nuevo que decir sobre ésta obra. Es de esos clásicos imperecederos, con ese aire gótico y tétrico tan característico. Ya es de sobra conocido que no se trata de una novela de terror como muchas veces lo ha querido plasmar el cine, sino una obra sobre lo moral, ese afán del ser humano de querer jugar a ser dios y sobre la soledad. La novela está narrada desde el punto de vista de tres de los personajes que la componen: Víctor Frankenstein, el marinero Robert Walton, que se encuentra con éste, y la criatura (a la cual nunca se refieren con nombre alguno). Así nos encontramos diálogos entre los personajes y narración epistolar a través de cartas lo que hace la lectura más fluida. Personalmente, en algunos puntos se me hacía demasiado descriptiva y llegaba a aburrirme la forma de narrar (algo normal por la época en la que fue escrita). Es de esas novelas que hay que leer sí o sí y nos hace reflexionar sobre muchos aspectos.
hace 4 años