¿Qué ocurre cuando los que caen no hacen ruido al tocar fondo? Esta es la pregunta silenciosa que recorre cada página de Estela de condensación, una obra tan delicada como brutal.

Nueva novela de la autora Ae-ran Kim que, junto a otras autoras jóvenes como la reciente premio Nobel Han Kang, lideran la nueva generación de escritoras surcoreanas de proyección internacional.

Una estela de condensación es el rastro que deja un avión a su paso debido a las bajas presiones del aire en altura, sin embargo, para Ae-ran Kim esta estela es el resultado del profundo suspiro de alivio del avión al conseguir elevarse después de haber luchado con todas sus fuerzas contra la gravedad que lo mantenía pegado al suelo. Y ese y otros muchos simbolismos es lo que caracteriza las historias que se narran en este libro. Personas que luchan con todas sus fuerzas contra la desesperanza, la soledad, el aislamiento.

Los cuentos (como los denomina la autora) hablan de una sociedad urbana, la de Seúl en particular, pero que perfectamente puede representar cualquier otra ciudad moderna de cualquier país occidental. Con gran sentido estético, una prosa que va más allá de su utilidad narrativa para convertirse en parte de la historia y una gran profundidad emocional, nos describe el lado oscuro u oculto de la sociedad moderna, el lado crudo y sórdido de las crisis económicas y cómo estos se han cebado con nuestros personajes. Una sociedad autocomplaciente e indiferente que, tachando de perdedores a los desfavorecidos, cierra los ojos a la realidad de su existencia. Este libro es un grito para pedir su reconocimiento, un modo de marcar que aún siguen ahí, que no son invisibles, por mucho que la arrogancia de los triunfadores los eclipse, los aísle o se avergüence. La autora ha puesto el foco en las personas que luchan para salir del pozo, en los que pelean para dejar de ser invisibles, en aquellos a los que la presión social ha llevado a vivir por encima de sus ingresos y endeudarse sin remedio, en los que desean por encima de todo encajar para calmar su ansiedad, en los que la soledad los lleva a pensar que la calidez que proporciona la compañía de cualquiera es suficiente; en definitiva, en los que no dejan ni estela de condensación.

Es un compendio de relatos, algunos inquietantes y angustiosos, otros más cotidianos y cercanos, poblados de personajes profundos e intensos con los que la autora parece haber pretendido que reflexionemos sobre nuestro entorno, nuestro comportamiento y nuestras convicciones. Las pruebas por las que pasan los personajes: la indiferencia de los familiares, las dificultades de la convivencia, el desamor, la incomunicación, la soledad, la pérdida, la culpa… hacen que cada uno de los lectores se pueda sentir aludido directamente por alguno de los relatos.

Si te gustó la película Parásitos de hace unos años, te encantará este libro.

Estela de condensación nos deja un poso amargo pero necesario: el de mirar de frente a quienes preferimos ignorar. (Inma Muñoz, 5 de mayo de 2025)