Último libro de la trilogía, muy en la línea de los dos libros anteriores. Me ha gustado, tanto este libro como los dos anteriores, las aventuras, los personajes y por supuesto el protagonista, un elfo oscuro complejo, con luchas internas, dudas y flaquezas de espíritu, y sus esfuerzos por encontrar un hogar en un mundo salvaje.

Un libro precioso que cumplió absolutamente todas las expectativas con las que me quedé al finalizar El exilio, cuando Drizzt decide salir a vivir a la superficie. Era muy claro que no iba a ser fácil, la mayoría de sus encuentros con algunas de las razas de la superficie terminan con algún tipo de conflicto, pero cada momento en que alguien logra ver más allá de la estigmatizada apariencia de su raza, hace que se te estruje el corazón. Por fin, después de casi siete años de buscar un lugar en que sea aceptado, Drizzt llega al Valle del Viento Helado y a la compañía del clan Battlehammer, con quienes se quedará para vivir las aventuras de los siguientes libros. Rob Salvatore es un narrador magnífico; lo mismo logra estremecer en las descripciones de batallas y enfrentamientos, como en aquellas en que nuestro héroe debe encontrarse a sí mismo y su lugar con los demás. Una maravillosa trilogía que siempre recomendaré.

Muy recomendable y entretenido. Drizzt Do'Urden, un personaje de tomo y lomo (aunque a veces sus reflexiones autocríticas recuerdan a Spiderman pero sin su puntillo de humor). Y si le seguís la pista a Jarlaxle, no os defraudrá... Las descripciones del manejo de las cimitarras del elfo oscuro son absolutamente impresionantes. Es una trilogía que emociona en muchos momentos.

Última parte de la primera trilogía de el elfo oscuro. Nuestro protagonista ha salido al exterior y ahora se enfrenta a la desconfianza que producen los drows entre el resto de razas. Lleno de acción y aventura la novela se lee prácticamente de un tirón. Un buen ejemplo de lectura rápida y amena.

Antes de leer está última novela de la trilogía, se recomienda leer las anteriores. Sigue la misma linea que las anteriores, consigue que el lector se encariñe con el protagonista y que en sus aventuras, aunque bastante amargas, siempre encuentran algún buen amigo por el camino del que aprende cosas nuevas y alimentan el buen corazón de Dritzz y del lector.