En esta novela Coetzee nos acerca a la figura angustiosa y temperamental de Fiodor Dostoievski. Su lectura no es un retrato fácil y al uso. Cuesta desentrañarla. Espesas brumas y gélidas nieblas cubren este camino en el que flota la melancolía, la ansiedad, la amargura, la soledad y las crisis epilépticas que lo abordan.
hace 9 años