Cuando me enteré que estaban rodando una serie basada en este libro y protagonizada por Irene Escolar, me puse manos a la obra con la novela de 1100 páginas para leerla cuanto antes.
Es una maravilla, de esas que te atrapan desde el principio y está contada de una forma amena y fácil de leer. Comienza cuando Guillermo Albi, un periodista treintañero, recibe el encargo de su tía Marta para investigar sobre la vida de su abuela Amelia Garayoa, bisabuela de Guillermo, escribirla y encuadernarla para hacer un regalo a los familiares. A su madre no le hace ninguna gracia el asunto de excavar sobre la vida de una mujer de la que no conocen nada o casi nada. Guillermo siente expectación por reconstruir la vida de su bisabuela, tema tabú en la familia y que lo único que saben es que abandonó a su marido y a su hijo marchándose con un desconocido poco antes del estallido de la Guerra Civil española. Encuentra a Laura y Melita, unas primas nonagenarias de su bisabuela, quienes le apoyan en esta ardua tarea. Le proporcionan un diario que Amelia comenzó a escribir en la adolescencia y que supone una buena pista para seguir el rastro de su bisabuela, que tras abandonar Madrid viajaría por medio mundo: Roma, Buenos Aires, Moscú, París, Londres, Varsovia, Atenas, El Cairo, Berlín… convertida en una espía luchando contra las injusticias de la guerra. El libro nos aproxima a la dura realidad de la época, a diferentes momentos políticos, pasando por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, hasta la caída del Muro de Berlín en 1989, sin pormenorizar demasiado ni de una forma tediosa, aunque a veces puede resultar un poco largo, poniendo el foco de atención en las aventuras y desventuras de la protagonista entremezclándose con una infinidad de personajes. Al final Guillermo se lleva una inesperada sorpresa, con la que da por concluida la estremecedora historia de Amelia Garayoa.
hace 5 años
9
-5