No es una novela policíaca, no es una novela para descifrar el asesinato, el culpable, los artilugios legales, abogados cazando inocentes o culpables. Esta historia es una narrativa de como el ser humano disfraza sus instintos, sus miedos, sus pecados, sus demonios internos y saca a relucir a la sociedad, a su entorno, a sus allegados la mejor versión de si mismos. Me parece fascinante pensar que fuera posible que cada persona te dijera lo que siente sin pudor. El concepto del diablo, de su juego en la vida (por lo menos en esta historia) juega una psicología sobre el ser humano, sobre la humanidad en la muerte, sobre las visiones del bien y el mal. Al finalizar la historia debate una filosofía sobre la muerte y quizás la dualidad de como se afronta, quizás aquí el punto fuerte. Un libro diferente que disfruté en la sana medida
hace 10 años