Novela y autora que me han sorprendido muy gratamente. Se desarrollan dos historias que se van alternando. Por un lado están los capítulos narrados en tercera persona, en los que conocemos a Fede, estamos en Santander en 1984 y tiene 13 años. Adolescente problemático, arrastra un pasado complicado en Barcelona, con padres drogadictos y un fuerte complejo de Edipo. Fede se ha escapado de su casa porque no soporta a la mujer de su padre y no quiere ir al estricto internado suizo al que pretenden llevarlo. Se intercalan los capítulos protagonizados por Marta y narrados en primera persona. En ellos nos situamos en Barcelona en el año 2006, Marta es una pintora muy crítica con el mundo del arte actual y escéptica con su propia vida, que sobrevive dando clases y haciendo retratos en las Ramblas. Durante años fue la mano ejecutora de los cuadros de un famoso pintor. Dos personajes totalmente distintos y vidas que nada tienen que ver, pero que acabarán confluyendo. Me ha gustado mucho la prosa de la autora, como escribe y describe a los personajes, como se pone en la piel de cada uno y en general la coherencia que tiene toda la novela. Parte de la sorpresa final se me ha hecho previsible y creo que el desenlace es muy precipitado, no obstante mi valoración sigue siendo positiva. Muy recomendable.
hace 11 años