Resumen

Larra inicia hacia 1832 una sátira correctora y un costumbrismo crítico que lo destacan de los demás articulistar españoles de la época y son característicos de los catorce números del periódico que se conocerá como El pobrecito hablador, ampliando así la significación de uno de los seudónimos. La defensa de la razón, la libertad y la verdad ilustran los escritos de Larra, que lo convierten, gracias también a su madurez estilística, en referencia del periodismo liberal español de todo el siglo XX.