ABJURAR EL MIEDO
A propósito de “El Médico” de Noah Gordon – Traducción de Iris Menéndez.
Desde Inglaterra hasta Ispahán en el inicio del siglo XI, el protagonista emprende un viaje desde estentóreas ciudades a los más ignotos paisajes. Con su primer maestro experto cocinero, prestidigitador y orador, de talante exigente y rigurosa van curando personas azoradas y mohínas, con legañas y retortijones, con incordios en su cuerpo.
Es común encontrarse en su trayecto con buscones, salteadores, furcias con potingue en sus rostros, cofrades vestidos con jubones y ropas raídas, chalupas de viejos marineros, personas roturando en tierras ajenas y propias, e impíos personajes que azuzan podencos a los extraños.
En su camino, ocurren amores, conflictos armados, y sí, como en nuestro actual siglo XXI también se presenta una peste. Leyendo esta novela de tipo histórica me pregunto: ¿Cómo es posible? ¿Estamos condenados a repetir y repetir nuestros errores; nuestra historia una y otra vez?
La ruta y cambio de Occidente a Oriente y el ardid bien intencionado del protagonista es relatado exquisitamente por Noah Gordon autor del libro. Es una obra que muestra el costumbrismo de la época en lo que se refiere a alimentación, religión (catolicismo, judaísmo, islam), poesía, medicina, filosofía, malabares, migraciones, e incluso deportes; una delicia literaria.
Pero no quiero cansar con una perorata de lo que ya está escrito a cerca de este libro, sino resaltar y relacionar la historia del Médico con la ambición de buscar algo, de abjurar el miedo, de intentar algo a pesar del desosiego que causa comenzar algo, que para mí está muy relacionada con artistas, con músicos, con creadores, conmigo mismo.
hace 3 años
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