Salamanca, siglo XV. Cuando la pequeña Celestina es abandonada por su madre en casa de una vieja curandera, ignora que su infancia se ha truncado para siempre. Sancha atiende partos y abortos, prepara filtros para atraer a los hombres y recoge hierbas a la luz de la luna con las que prepara infalibles remedios. A su lado, la niña empieza a descubrir los secretos del deseo y la necesidad que sienten las mujeres de apoyarse las unas a las otras en un mundo de hombres. Desde los márgenes más sórdidos de la sociedad, Celestina aprenderá a sobrevivir en una época donde todo, hasta lo más sagrado, tiene un precio.
La Celestina es, sin duda, uno de los personajes más icónicos de nuestra literatura: una anciana astuta, despiadada y mentirosa, cuyo nombre de pila terminó bautizando a las demás alcahuetas. Partiendo de esta idea, Desirée Baudel nos muestra que, antes de convertirse en la vieja sin escrúpulos que pasó a la historia, Celestina fue joven y fue niña, y lo hace ofreciéndonos una fascinante novela que es a la vez un retrato honesto de muchas otras mujeres que se negaron a aceptar las reglas de una sociedad que las condenaba de antemano.