El libro nos muestra la vida en Maycomb, un pequeño pueblo de Alabama. Un lugar en el que la antigüedad de tu apellido define tu clase social y en el que la segregación racial está tan incrustada en la sociedad que el que Atticus defienda a un negro no es bien visto por la gran mayoría de habitantes del pueblo lo que no sólo le causa problemas a él sino también a sus hijos. También nos cuenta el papel de la mujer en la vida social de la época: criadas para ser damas y casarse no tienen derecho a voto ni a formar parte de un jurado porque no harían otra cosa que “cacarear”. Al igual que habla de la pobreza, del cambio del sistema educativo y de venganza. De la historia me quedo con la maravillosa personalidad de Atticus y la gran lección que aprende Scout: antes de juzgar a nadie, hay que ponerse sus zapatos y caminar con ellos. El libro me ha gustado si bien es cierto que esperaba una novela más “adulta” en lugar de una historia narrada desde el punto de vista de una niña.
hace 10 años