Los homenajes del escritor y pintor Ramón Gaya (1910- 2005) constituyen una singular versión del gesto que quizá mejor caracterice el arte moderno: la obra que reflexiona sobre sí misma remontándose a los preliminares de su creación. Pero Gaya no sólo expone la génesis de sus cuadros, sino que además lo hace con humildad: atribuye el impulso creativo a la admiración.