El libro tarda mucho en arrancar pero tras 300 pags consigue atraparte. Posteriormente resulta apasionante la historia. Con todo, historicamente hablando me resulta un tanto subjetivo y se aprecian continuos comentarios publicitarios respecto a lo singular y única que es Barcelona y Cataluña en general. A esos comentarios exagerados se une el desprestigio a otros condados o regiones ibericas y mediterraneas en general. A tal punto llega, que habla de los "catalanes" como título cuando no es hasta 300 años más tarde cuando se empieza a referir a esa zona de la peninsula como Principado de Cataluña, (1350, Concilio de Perpignan). En resumidas cuentas, buena novela y buena "acción publicitaria".
hace 12 años