Un libro predecible y flojo. La sensación que da al leerlo es la de agitar antes de abrir una botella de coca cola: muy intenso en las primeras páginas, pero a medida que avanza la trama se va disipando. La novia gitana es un compendio de tópicos y clichés. De cosas que pasan porque sí, porque lo requiere el guión. Al terminar la novela no conocemos a ninguno de los personajes de la Brigada de Análisis de Casos, ni de la novela en sí misma. Más allá de los apellidos Chesca u Orduño, apenas tenemos información del resto de personajes secundarios. Más allá de que Chesca es el arquetipo de personaje machote agresivo en versión femenina, que le gustan las carreras ilegales y correr con el coche no conocemos nada de ella. De Orduño más de lo mismo: es el arquetipo de personaje tranquilo, paciente y observador, pero no sabemos apenas de él después de 400 páginas. Ninguno de los personajes se sale del estereotipo. Ninguno consigue marcar diferencia o calar en el lector. La inspectora Elena Blanco es más de lo mismo. Muy intensa en las primeras páginas: dura, profesional, fría y queriendo transmitir al lector la imagen de mujer fuerte e independiente. Sin embargo, a medida que pasan las páginas la trama va desdibujando la imagen que nos presentan de ella al principio, intentando que el lector compre a una nueva inspectora Blanco más tierna, desdichada y atormentada por un pasado que no la deja evolucionar. En mi opinión es un personaje que transmite poco. Elena será el único personaje del que conseguiremos saber su trasfondo y por qué es como es. Es el único personaje que tiene alguna trama secundaria. Aún así es un personaje flojo, incapaz de sostener por sí sola el peso de la novela. Tampoco la inspectora Elena Blanco consigue marcar al lector. La trama poco creíble y el final menos. Partiendo de la base de que como lector hagamos el esfuerzo de comprar el hilo narrativo: una novia es secuestrada el día de su despedida de soltera. Creo que podría haberse llevado a cabo de una manera más convincente. El final es Deus ex machina elevado a la máxima potencia, por lo que tampoco resulta muy creíble. Entiendo que la autora ha querido establecer en este final una suerte de prólogo para continuar la siguiente parte de la trilogía: la red púrpura. Como punto positivo diré que es un libro sencillo de leer, con lenguaje accesible y pocos tecnicismos. Esto unido a la intensidad con la que comienza y la brutalidad del crimen cometido hará que el lector se meta rápido en la historia. Sin embargo, esa sensación dura más bien poco y va disminuyendo a medida que pasamos las páginas. Poco recomendable. Os dejo una reseña más completa de La novia gitana en mi blog: http://lajauladeyimbo.blogspot.com/2020/08/la-novia-gitana-carmen-mola.html
hace 4 años