Las operaciones Banana y Apricot, concebidas por la OSS (Office of Strategic Services) americana, se destacan por su falta de planificación y escasez de recursos durante la II Guerra Mundial. Originalmente destinadas a facilitar una posible invasión aliada de España en caso de una alianza entre Franco y Hitler, perdieron su relevancia cuando los ejércitos alemanes comenzaron a retroceder y España mostró interés en los aliados. Estas operaciones resultaron en un alto costo humano debido a la descoordinación entre ingleses, americanos y el Partido Comunista. Los agentes enviados a España fueron abandonados por la nación que los entrenó y prometió protección, siendo finalmente traicionados en favor de nuevos intereses económicos, políticos y bélicos.