Después de “El misterio de la cripta embrujada”, que leí hace unos años y no me gustó nada, además de la tirria que le tenía a su protagonista, empecé, con muy pocas expectativas, “La aventura del tocador de señoras”, aprovechando que buscaba nueva lectura y lo encontré por casa. En cambio me ha sorprendido gratamente. No sé si serán los más de veinte años de diferencia entre la publicación de uno y otro, pero creo que hay una diferencia abismal entre ambos libros, y tanto el argumento como el singular detective sin nombre han mejorado considerablemente.
El protagonista, que llevaba años recluido en un manicomio, es dado de alta y debe integrarse nuevamente en la sociedad, lo que pretende hacer lo más formalmente posible. Pero en este caso son los problemas los que lo vienen a buscar y, sin desearlo, se verá involucrado en el caso del asesinato de un empresario de la alta sociedad barcelonesa. El despropósito, la intriga, el humor, las situaciones surrealistas y la extravagancia y lenguaje grandilocuente del protagonista siguen presentes, pero en mi opinión de un modo mucho más acertado. ¡Vaya!, que me ha gustado bastante y me parece mucho mejor escrito que el primer libro de la serie. En resumen, una lectura con intriga, disparatada, divertida, incluso crítica, que me ha reconciliado un poco con su autor.