Una enseñanza para la vida. Nos enseña que el creyente puede convertirse en ateo, que los malos pueden volverse buenos y viceversa. Que un simple animal, puede dejarnos lecciones inolvidables, pues su cariño, amistad y sus nobles sentimientos son verdaderos y en muchos casos tal vez, sean la única amistad verdadera que una persona tuvo en su vida. Jamás debemos creer en las que apariencias, pues ni siempre lo que vemos es lo que realmente es, y puede aplicarse en todos los campos de la vida, pasa con personas, medicamentos, vacunas entre otra cosas, pues todo es placible de ser falso. ¿Le invito a leer el libro y compartir sus visiones y opiniones sobre la obra?

Me gustó muchiísimo. Tiene de todo: aventura, leyenda, enseñanzas, Se me hizo corta porque me resultó muy amena. La recomiendo.

Muy ameno, se lee muy rápido, la historia atrapa. Muy recomendable.

Entretenido. Vázquez Figueroa nunca defrauda, uno de mis autores favoritos. En esta ocasión el honor del pueblo tuareg lleva al protagonista de la novela a enfrentarse con la yihad y a dudar sobre su fe.

Pues como siempre con este autor, lectura amena, fácil, mucha aventura, exotismo...pero historia poco creíble en varios momentos, por ejemplo cuando el protagonista salta del avión sin paracaídas, absurdo; o que sea tan sencillo desmantelar el comando terrorista de secuestradores...en fin, falta seriedad a las situaciones y a los personajes, cogidos con pinzas...el final feliz suena como a novela para adolescentes... No es de sus mejores obras.

Lo he devorado en día y medio; Alberto Vázquez Figueroa sigue sin defraudarme. Si te gustaron los dos libros anteriores éste te gustará igualmente, aunque no es necesario haberlos leídos para disfrutarlo al 100%