A mitad del libro ya se sabía quién estaba implicado o era el autor de los crímenes, eso sí la inspectora nada de nada, menos mal que había ido a cursos con el FBI. Todo muy pillado por los pelos, entra en escena la Policía Foral ya que parece ser que la Polcía Nacional o la Guardia Civil de toda la vida, queda anticuado y chirria. Parece que personaje central debe ser mujer, por aquello de la paridad tan de boga en la sociedad actual, y por último todo ello ubicado en una zona prácticamente inhóspita, con un clima nublado y plomizo, ya que en la Costa del Sol o en Canarias, se conoce que estas cosas no ocurren, con mucho sol ni hay crímenes ni hay conjuras, lo suyo es que llueva todo el rato o haga niebla, así los malos son más malos. En definitiva, me da la sensación de estar leyendo una copia de las novelas de Camilla Lackberg o Asa Larsson, éllas con sus protagonistas periodistas y en este caso una detective. Leída una novela, leidas todas de este perfil, eso sí, aquí el "hecho diferencial" es el estilo "navarro - vasco", que dicho sea de paso, igual es que Elizondo, Pamplona, Navarra o Huesca se encuentran en un país escandinavo, por que yo no he visto la palabra España escrita en sus más de 400 hojas, asombrosa la imaginación para eludir la realidad. Diferente a esto último es lo del Basajaun, éste aparece cada dos por tres, chico que pesadez con el Yeti, igual como es una trilogía, en el libro 2º o en el 3º (que no leeré), el susodicho se entrega sin resistencia a la "Foral" para que así no asuste mas a la inspectora Amaia, y ésta se centre en buscar otra familia mas de andar por casa, por que con la que le ha tocado en suerte va de cráneo.
hace 11 años