Para mí, con diferencia, es el más flojo de los cuatro primeros libros (el primero sería la precuela y el quinto no lo he leído). Cuidado, no digo que sea malo, de hecho, parece el más cuidado desde el punto de vista histórico. Sin embargo, amigos lectores Folletianos, no sé si os pasa a vosotros, pero a mí desde luego que sí, lo que me gusta son las historias/tramas de envidias, celos, amor, ascenso, poder... Que el propio Ken entreteje. Es decir, los 3 primeros libros (incluyo la precuela) tienen un patrón común: en base a un contexto sociohistórico determinado, Follet crea una historia ficticia de personajes inventados, pero que te hace disfrutar a lo largo de las 900 y pico páginas que suelen tener estos libros. Y los antagonistas suelen encenderte y cabrearte por su maldad y su desarrollo a lo largo de la novela. En este cuarto, Una Columna de Fuego, salvo Ned, todos los personajes dan la sensación de ser residuales. Y mucho menos elaborados. Como que se los quita de en medio muy pronto, y cuando no, tampoco te ha llegado a hacer que desees su desenlace. Es como que el planteamiento ha sido al revés: el contexto sociohistórico lo es todo, y las historias de los personajes quedan como meros subterfugios narrativos con desenlaces rápidos para adaptarse a la historia real novelada. No me podrán negar que no se esperaban nada más, entre otros, del Obispo Julius, del Cardenal Carlos, del vizconde Bart o del propio primo Carlos de Ned, que nadie sabe qué pinta en en libro después de todo.
No sé, es una humilde opinión. Pero creo que fundada. Vamos a por el quinto.
hace 1 año
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