Mucha imaginación. Historias atrapantes. En el fondo de cada historia hay un significado digno de descubrir y reflexionar.

Un texto totalmente Olipiano. Su hilo conductor es, sobre todo el humor, un humor fino, surrealista en ocasiones, un humor muy creativo. Calvino está presente en todo. Los greguelatos son una prueba de la capacidad del autor para convertir cualquier cosa en un personaje. Si Calvino dejó sin terminar su propuesta “consistencia” en su libro “Seis propuestas para el próximo milenio”, hay que decir que el libro de Julio es absolutamente consistente. Os animo muchísimo a leerlo. Cuando me llamaron para presentarlo, lo cogí con miedo, porque a veces te meten en unos marrones importantes. Pero empecé y no podía dejarlo. Es un libro que requiere atención y concentración, porque hay relatos con dobles y triples sentidos, es lo que tiene la buena literatura. Os aseguro que no es “lo de siempre”. Es un libro muy sorprendente. Antonio Galán Gall