Si ya tenía buen recuerdo de la película, aunque vista hace años, la novela no se ha quedado atrás, al contrario, como suele suceder, la versión escrita es más completa que la versión cinematográfica y me ha encantado.
Narrada en capítulos cortos, se alternan lugares y épocas distintas. Por un lado Evelyn Couch, de cuarenta y ocho años, conoce a Ninny Threadgoode en una visita a la residencia en la que vive su suegra. Ninny es una encantadora anciana con una memoria prodigiosa para el pasado, y que le habla a Evelyn sobre la vida en Whistle Stop medio siglo antes. Además de leer sobre los recuerdos de Ninny y sus encuentros con Evelyn en el “presente” (1986), la autora nos traslada también al pasado (alrededor de los años 30-40 del siglo XX en adelante), a ese pequeño pueblo de Whistle Stop –que sitúa en Alabama, al sur de Estados Unidos- y narra aquellos acontecimientos y secretos que Evelyn no cuenta.
Es una delicia leer las múltiples historias sobre el pueblo, el acogedor Café, el ferrocarril, con personajes entrañables -en especial la memorable Idgie- y que además de la trama ficticia creada por la autora, hace un buen retrato de la época, la Gran Depresión, el omnipresente racismo… Es una novela con temática variada y muy amena. Los capítulos cortos y alternos, aunque al principio requieren atención para saber en qué época estamos, a la larga facilitan la lectura y dan emoción a la trama.
Y también destacar el personaje de Evelyn, al inicio del libro es una mujer que anda perdida e insatisfecha con la vida que lleva, y es bonito ver como la amistad con Ninny y las historias que le cuenta, la transforman y, en cierto modo, inspirada en todos esos personajes y anécdotas que escucha en la residencia de ancianos, le hacen tomar las riendas de su propia vida.
Una lectura de las que te deja con una sonrisa, entrañable, positiva y muy agradable de leer. Sin duda la recomiendo.
hace 6 años
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