No soy amigo de hacer críticas, porque entiendo las novelas como una herramienta de diversión, no de disección. Por eso no voy a hablar de lo que no me ha gustado o sí me ha gustado. Sólo voy a contar cómo me ha hecho sentir su lectura. Y es que hacía tiempo que una novela no me revolvía las entretelas de como lo ha hecho Siete Cruces. Meterte capítulo tras capítulo en la piel de personajes a veces dignos de lástima, o de admiración, o a veces sencillamente repulsivos, y llegar a comprenderlos ha sido toda una experiencia. A todos aquellos que se decidan a leerla, les aconsejo que hagan un ejercicio de distanciamiento hacia los propios prejuicios (y esta novela es toda una prueba en ese aspecto), y que expriman a cada personaje y sus impulsos, su grandeza y su miseria (que no se nos disimula en ningún momento), dejándose llevar por el ritmo que va marcando la misma trama. Para mí, toda una experiencia.
hace 10 años