Un buen libro de un buen autor. Una historia cruda y muy dura que nos acerca a una forma vivir la vida desconocida para los lectores. Figueroa consigue, casi sin que el lector se percate, el objetivo que busca de "denuncia social", atrapándonos en una historia contada en forma de relato en primera persona. La sencillez del estilo de Figueroa es un aspecto positivo en este caso ya que lo convierte en un libro directo, de fácil lectura y muy entretenido de leer.
hace 5 años