Me ha gustado mucho. Es un libro que engancha desde el principio. Es ameno y fácil de leer. El protagonista termina 28 años viviendo el solo en una isla sin ninguna otra persona. En su estancia se encuentra un gran tesoro, la vida espiritual. Se convence de que todo lo que le ha ocurrido es una especie de penitencia. Se convence de que su destino esta guiado por la providencia. En la novela los nativos americanos parecen ser canibales (solo con sus enemigos), los españoles son mencionados con desprecio por la masacre en america (de Gran Bretaña no menciona nada), y el protagonista se convierte al cristianismo como buen inglés. Mención especial a Viernes, un indigena que aparece en la isla, que el mismo se denomina salvaje, y al que Robinson enseña a llamarle amo.
hace 5 meses