Blackie Books sigue empeñado en editar libros de una estética invariable, cada uno parece una copia del anterior. Junta alcohol, drogas y sexo, esa es la formula del éxito de la prestigiosa editorial más admirada por el movimiento pseudointelectual y moderno. En este caso el libro me recuerda mucho a una versión pobre de Bukowski y Kerouac, al fin y al cabo todos los americanos beben mucho de esas fuentes. El problema reside en que Bukowski era capaz de dotar de una intriga a sus novelas en el caso de Tierce en ningún momento el libro te incita a seguir, solo se producen una serie de acontecimientos que no aportan gran cosa más allá del morbo. En conclusión, una novela bien escrita pero muy pobre en cuanto al contenido.
hace 7 años