Crítica, incisiva y llena de sarcasmo, Shriver no decepciona en esta colección de relatos, en los que indaga con su innegable talento en las flaquezas más íntimas de unos personajes corrientes y a veces mezquinos, que reaccionan de diferentes formas ante las diversas variantes de lo que consideran su propiedad. Los diez cuentos y dos novelas cortas que integran "Propiedad privada" son un derroche de la inteligencia narrativa de la autora y si no le pongo un diez es porque para mi gusto, en una de las novelas (en la que, por otra parte, disfruté muchísimo, al igual que en todo el libro) se adentra con demasiados detalles nombres y acrónimos en el conflicto irlandés, lo que en algunos momentos resulta un poco denso.

La araña de pie, primer relato (novela corta) del libro, es sublime, genial. El resto son pasables en lo que a las historias se refiere. Sin embargo la autora escribe muy bien, me gusta. Si no has leido nada de ella, no empieces por ésta, lee antes otras, especialmente Tenemos que hablar de Kevin.

Dos novelas cortas y relatos son lo que forman la nueva novela de Shriver, todos ellos relacionados con las propiedades privadas, es decir, las casas, hogares y esas cuatro paredes y techo que todos conocemos. Hay de todo, que no todos los relatos y ambas novelas cortas están igual de bien ni merecen la pena porque excepto cuatro o cinco el resto son relleno absoluto o no...pero no tienen ni pizca de magnetismo. Eso sí, los que prometen debo añadir que tienen ese sarcasmo, inteligencia y extravagancia que poseen todas la novelas de la escritora que ya conocemos, su punto extraño y diferente es lo que más se puede valorar en sus relatos, no falla, eso es su marca registrada