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PERO... ¿HUBO ALGUNA VEZ ONCE MIL VÍRGENES? JARDIEL PONCELA, ENRIQUE

Nota media 7,75 Muy bueno 8 votos 1 críticas

Resumen

Pedro Valdivia, donjuán de éxito, cuenta con unos archivos que recogen sus 36.857 conquistas amorosas. Necesita cuatro mecanógrafas y una secretaria para gestionar los miles de cartas perfumadas que le llegan cada día. Hasta que aparece en su vida Vivola Adamant, una mujer también inmune al amor, alejada de lo único que, según el autor, oxida la belleza femenina (la virtud), a la que han dicho «hermosa mía» en sesenta idiomas y que cuenta por su parte con 37.329 amoríos. Una dama harta de besar galanes se encuentra con un galán harto de besar damas. Deberían entenderse. Enrique Jardiel Poncela, el monarca del humor español, carga en esta desternillante (y espeluznante) novela contra hombres y mujeres. También critica a su peor enemigo (Enrique Jardiel Poncela), y vuelve a demostrar que «no se puede escribir con seriedad de cosas trascendentales» (ante lo atroz: risa) y que «la mentira es la única verdad del mundo». Este libro, que clausura la colección que Blackie Books le ha dedicado a su autor, encierra una pregunta. Es cierto: existieron doce apóstoles, diez mandamientos y siete plagas. Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

1 críticas de los lectores

Jardiel Poncela es divertidísimo. Y ligero. Y nada banal. En realidad, podríamos dejar el comentario aquí, y recomendar vivamente la lectura de sus novelas desde YA.*
Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? es el desternillante retrato de un don Juan capaz de tener treinta y tantas mil conquistas en su haber. Una excusa con la cual Jardiel dispara contra todo y contra todos, con ese estilo tan suyo donde el humor y el juego alcanzan su máxima expresión. Por el relato discurre una amplia variedad de personajes caricaturizados, desde el protagonista, el ligón Pedro de Valdivia, a sus conquistas, pasando por sus familiares, sus amigos, y llegando hasta la horma particular de su zapato, la mujer que ha de ser la mujer. Estos personajes aparecen distorsionados, llevados a la hipérbole pero divertidísimos, inmersos en un relato plagado de ingenio, donde la ruptura de la cuarta pared por parte del narrador es constante, y el recreo y la irreverencia se encuentran casi en cada párrafo, o en cada frase, si se apura.
Y hay que anotar también la estupenda edición llevada a cabo por Blackie Books: los juegos tipográficos de la novela y el jolgorio que destila se recogen aquí a las mil maravillas.
Tan solo tiene Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?, un defecto. Pero un defecto tan grave, que se convierte en imperdonable: se clausura aquí la colección dedicada a su autor. Habrá que buscarlo en otros lados, o en otros lodos, pero ya no será lo mismo. Pues Jardiel y Blackie Book se han mimetizado a la perfección. (Carlos Cruz, 20 de marzo de 2015)
 
 * Cumpliendo algunos requisitos, claro. Que se sepa leer, por ejemplo. O que se disponga de unos pocos euritos para hacerse con un ejemplar, o en su defecto, tener al alcance un amigo generoso e ingenuo —que dejará de ser amigo en cuanto se le robe el libro— o una biblioteca. O tomarse demasiado en serio el feminismo, pues se cae en el riesgo de pensar que Jardiel es, sencillamente, misógino. O alergia al papel. O...** ** Que conste que estas notitas al pie no eran necesarias, pero oigan, las notitas otorgan una impresión de seriedad a los libros —y esto ni es un libro, solo una reseña—, y es lo que a Jardiel le hubiera agradado tratándose de una de sus novelas, ¿no?

hace 9 años