De Jane Austen, “Orgullo y prejuicio”.
Según escribe Santiago Posteguillo en su libro “La noche que Frankenstein leyó El Quijote”, Jane Austen tituló primeramente a “Orgullo y prejuicio” con otro nombre: “Primeras impresiones”. Éste es el punto que toca a todas las situaciones de la novela, cómo la primera impresión que se tiene de una persona puede cambiar con el tiempo, al conocerla mejor. Este cambio puede ser para bien o para mal, pero casi nunca esa perspectiva inicial queda intacta. También el orgullo de los aristócratas impacta contra el orgullo de aquellas personas que carecen de fortuna. Tanto unos como otros tienen arraigados prejuicios sobre los demás.
En una sociedad en que para las jóvenes el mejor destino es casarse con alguien rico, el orgullo se vuelve soberbia y el prejuicio, desprecio y desdén. Sin embargo ¿qué le puede suceder a una señorita que no quiere compartir los sentimientos de una sociedad así? ¿podrá liberarse de ellos? ¿o en el fondo de su alma también anidan esas mismas manías escondidas?
¿Y cómo reaccionan los hombres? ¿Qué prevalece en ellos, el “qué dirán” o el amor? Dos hermanas de escasos recursos se relacionan con dos caballeros adinerados, la madre de ellas está feliz, pero la familia de ellos, horrorizada. Los demás personajes terminan de pintar el cuadro social, un padre apático y desinteresado, una madre materialista, unas hermanitas inmaduras, unos tíos afables y con sentido común, un primo en extremo adulador, una tía soberbia y autoritaria, unos vecinos que compiten, etc. etc.
En resumen, una novela romántica que describe una sociedad circunspecta y…no tanto.
hace 9 años
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