Posiblemente no haya nada más imperdonable en una novela que crear un marco sugerente y desenvolver dentro del una historia vulgar. Bien, esta novela supera el grado de imperdonable: su trama principal, la Operación Delta, supone un despropósito que te lleva a pensar en otra operación oculta que le de sentido a la original. Eso es lo que esperas; lo que encuentras es un despropósito mayor en cada página hasta terminar con una carta que parece un chiste. Para colmo, la descripción de las relaciones personales producen vergüenza ajena. El papel principal, una imberbe agente del MI5, no puede resultar más inverosímil... Como decía, todo imperdonablemente vulgar.
hace 6 años