Tedioso, pretencioso, cansino, aburrido... Nicholls se esfuerza más en "marcar paquete" para demostrar sus conocimientos sobre arte y ciudades europeas antes que interesarse en crear unos personajes que despierten simpatía. La historia, que intercala el presente con el pasado convierte este último en pasajes interminables, insufribles e innecesarios (directamente no los leí a partir de la mitad del libro). El protagonista, Douglas, se convierte en un anti héroe de primera categoría.
hace 9 años