En uno de los libros de Borges, éste decía que Hawthorne era capaz de lo mejor y de lo peor. Este libro de relatos es buen ejemplo de ello. Ahora bien, los relatos que son buenos es que son eso: buenísimos. Y aquí hay un puñado de ellos.
hace 9 añosEn 1846, Nathaniel Hawthorne publicó esta segunda colección de relatos, lograda expresión de una poderosa imaginación poética que cautivó a sus contemporáneos y estableció de manera definitiva el reconocimiento unánime de su genio. En los veintiséis relatos alegóricos, fantásticos e históricos que forman Musgos de una vieja casa parroquial, Hawthorne ahonda en esa exploración oscura y compleja del mal, la conciencia moral y el pecado que, a ojos de Edgar Allan Poe, le condujeron a las más altas esferas del arte. Henry James dijo de Hawthorne que fue capaz de «transmutar la pesada carga moral del puritanismo en la substancia misma de su imaginación; evaporarla en los ligeros y delicados vahos de la creación artística».
En uno de los libros de Borges, éste decía que Hawthorne era capaz de lo mejor y de lo peor. Este libro de relatos es buen ejemplo de ello. Ahora bien, los relatos que son buenos es que son eso: buenísimos. Y aquí hay un puñado de ellos.
hace 9 años