Varias mujeres mueren estranguladas. El brutal asesino deja siempre la marca de sus dientes en el cuello de sus victimas. Johanna Blalock, una tenaz forense, colabora en la investigación con Jake Sinclair, curtido inspector de policía. Las pistas los llevan hasta un instituto de investigación psiquiátrica, donde desarrollan y experimentan nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades mentales. Allí topan con un anómalo secretismo, y ambos empiezan a sospechar que el criminal oculta sus atrocidades tras una bata de médico.