Una novela sublime, con todos los ingredientes característicos de una buena novela. Su genialidad fue introducirnos en la oscura Edad Media a través de su símbolo más conocido, Las catedrales. La religión, las luchas de poder, la miseria, la moralidad... todo escrito con sutiliza y agonía para los personajes principales. No es una novela filosófica, no la cerrarás defintivamente llevándote una lección vital que te acompañe, pero es una novela muy recomendable, de obligado cumplimiento
hace 3 años