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LOS FANTASMAS DE EDIMBURGO CEBRIÁN, ELOY M.

Nota media 6,82 Bueno 55 votos 39 críticas

Resumen

Al profesor Luis Miguel Ortiz, protagonista de esta historia, no le van bien las cosas. O al menos no le suceden cosas normales desde el día en que un perro callejero eligió su aula para vaciar su estómago y, poco después, fue sorprendido en su despacho en medio de una situación comprometida. A partir de ahí su vida, expuesta sin pudor, cobra la forma de un descenso a los infiernos, con parada en la fantasmal ciudad de Edimburgo, donde tendrá lugar el encuentro con El Ladillas, agente de su destrucción, y conocerá el lado más oscuro de la existencia en el transcurso de un alucinante y alucinado verano. Zigzagueante, divertida, obscena, hilarante, meticulosamente incorrecta, Los fantasmas de Edimburgo constituye un festín de situaciones desaforadas e imprevistas, una bofetada en el rostro de los bien pensantes y un ejercicio de maestría narrativa, que provoca por igual la carcajada y la reflexión, el asombro y el escándalo, pero nunca la indiferencia del lector. Esta novela fue finalista de los premios Fernando Lara y Herralde.

39 críticas de los lectores

8

Muy buena novela. Un cuadro en la irrealidad que está detrás de lo real. Una narrativa y unos personajes que mantienen al lector dentro de la historia.

hace 2 años
8

Todo está dicho en las críticas anteriores: El personaje: ruin, depravado, desalmado, vicioso, amoral, impresentable, pero muy humano y encantador. El Ignatius J. Rilley o el Wilt español. El libro: sorprendente, transgresor, mordaz, amargo, divertido, delirante, demoledor, valiente, bien escrito, bien construido, fluido y con una narrativa exhuberante, ácido, que rompe con la tendencia, crítico, irreverente, ameno y con un gran sentido del humor. INOLVIDABLE.

hace 10 años
3

Un tostón de cojones. Un coñazo de cabo a rabo. Salvo algunas partes que te sacan la sonrisa o cierto interés morboso (como partes de la infancia), o los momentos sexuales (más en su última parte), el libro es algo aburrido. Por no hablar de la visión tan amargada y negativa que su protagonista tiene de casi todo, que aunque en muchas cosas todos solemos pensar parecido, pero a la larga llega a resultar asfixiante y deprimente. Otra cosa, cuando en una novela me meten politiqueo y religión, aunque sólo sea en plan crítica, me provoca bostezos e indiferencia. Luego ese interés obsesivo del prota por ascender en la idealizada escala social, lo convierten en un ser que, para mí, persigue unos valores con los que no me identifico nada, cero. Para mí carecen de la importancia que se le quiere dar en casi toda la historia, aunque al final se cambien las tornas o se le quiera dar la consiguiente moraleja.

hace 12 años
6

En el fondo se cuenta la disparatada realidad de la vida sin frenos morales, narrada con oscenidad y sarcasmo excepcional con un final de locura. Esto es totalmente distinto a todo lo que leyerais hasta ahora. No tiene termino medio o te gusta o lo dejas, las normas sociales estallan como una bomba.

hace 13 años
6

Si lo decarnadamente gamberro tuviese un límite, diríamos que E.M. Cebrián lo ha traspasado y, no lo ha hecho a hurtadillas, ha sido lo suficientemente incorrecto para perpetrarlo a voz en grito, sin complejos y sin miramientos. Y es que este albaceteño ha sorprendido a propios y extraños con esta novela (finalista en dos de los llamados "grandes" premios nacionales -hasta ahí llega su osadía),un ejercicio de límites, de verdades, de linchamientos, una obra que hay que leer y que madurar con una perspectiva que vamos a encontrar con dificultad pero que existe en su sórdido entramado. No recomendable para lectores sensibles.

hace 14 años
1

Espero que mi nota os lo diga todo, 0.

hace 14 años
8

Me recordó a Zafarrancho en Cambridge de Sharpe, es casi tan desternillante aunque adaptada a las instituciones academicas de aquí,. El autor escribe muy bien, de las pocas novelas actuales que creo que perdurará.

hace 14 años
8

Me ha gustado , es diferente. La narrativa es agil, espero leer algún que otro libro del autor

hace 14 años
8

Me atreví a leer este libro por vuestras opiniones, me apetecía leer algo diferente. Desde luego puedo asegurar que todo lo dicho del mismo es cierto. Me ha parecido muy original, divertido y atrevido. Lo único que no sé a quién debo recomendárselo. De momento me lo quedo para mí hasta que encuentre a ese alguien. Gracias.

hace 14 años
6

Es una novela muy amena,te entretiene,y cada uno puede pensar que se sale de lo normal por el estilo del lenguaje que utiliza el autor.En resumen,me ha gustado pero sin tirar cohetes.

hace 15 años
10

Buenos días. Quiero decir que este libro me ha parecido muy bueno y que me lo he pasado muy bien con su lectura. He leído una entrevista con el autor en la que dice que originalmente el libro era mucho más largo que el que se publicó, y que lo tuvo que recortar por motivos editoriales. Me gustaría mucho leer esas partes que se cortaron de la historia, porque en algunos momentos creo que estas omisiones se notan. Da la impresión de que a veces las historia avanza de una manera un poco abrupta. En fin, ¿cuándo tendremos la versión íntegra de "Los fantasmas de Edimburgo"?

hace 15 años
6

Es una novela bien construida y mantiene el interés casi hasta el final, que se intuye. Por lo inverosímil de las coincidencias, que se fuerzan es este relato, no ha acabado de convencerme, no obstante su lectura es recomendable.

hace 15 años
10

Una novela sorprendente en muchos sentidos. Se podrían comentar muchos aspectos de Los fantasmas de Edimburgo, desde su cuidadísima estructura hasta la precisión de un lenguaje qué sabe cuál es su objetivo sin buscar artificiosos refinamientos, pero lo más arriesgado de esta propuesta, nada complaciente con el público, es su capacidad de hacer ver el lado más oscuro de cada estrato social. Al final, de manera más o menos directa, todo lector ve en esas tinieblas un reflejo de sus propios puntos oscuros, lo que puede llegar a ser incómodo pero, sin duda, resulta estimulante. Muchos tabúes se hacen añicos durante la novela, pero la incomodidad que esto puede producir resulta, ante todo, honesta y consciente de la guadaña que pasa junto a la cabeza de cierto tipo de gente. Completamente recomendable.

hace 15 años
10

Este libro ha sido toda una sorpresa. Un planteamiento ambicioso y novedoso, y una narración muy ágil. Es una historia a la vez divertida y cruel, una mirada extremadamente ácida, pero también muy lúcida. Y todo ello sin abandonar el humor. En algunos momentos la novela parece muy española, pero en otros me ha recordado mucho a la narrativa inglesa y norteamericana. Creo que esa mezcla de lo nuestro y de lo extranjero es muy novedosa en una literatura que se imita mucho a sí misma (con al excepción de Javier Marías y alguno más). Creo que el personaje protagonista, ese profesor canalla, trepa (y con el que sin embargo llegamos a identificarnos) es completamente inolvidable. Y también la riquísima galería de secundarios. Me quedo con Ben el Ladillas, por supuesto. Pero también con Elena, la hermana del protagonista. En fin, un libro para disfrutar y para recordar durante mucho tiempo.

hace 15 años
4

No me ha terminado de convencer

hace 15 años
8

Un libro entretenido. Me ha gustado bastante

hace 15 años
10

"La única certeza que tenemos es que lo peor siempre está por llegar". Esta es una reflexión de Luis Miguel Ortiz, una de las múltiples reflexiones cargadas de amargura que hace a lo largo de la novela. "Los fantasmas de Edimburgo" es un lobo con piel de cordero, como su propio protagonista. Un libro que en apariencia es puro humor, y que de hecho nos hace reír a carcajadas, pero que bajo su superficie cómica, cínica y un poco delirante, encierra una visión muy negra y desengañada de la vida. Una historia existencialista para quien busca algo más que evasión en la literatura.

hace 15 años

Coincido con todas las críticas anteriores. La novela es divertida, mordaz, ácida y tiene un ritmo trepidante. Yo añadiría que es un libro muy valiente y que está escrito muy a contracorriente. Soy lectora asidua y también compradora asidua, y me gusta observar las tendencias en el mercado editorial. De un tiempo a esta parte, en las librerías apenas se ve nada más que literatura de consumo, sobre todo novelas históricas en torno a algún personaje famoso, casi siempre con algún "enigma" de por medio. Sin ánimo de faltarle el respeto a nadie, tengo que decir que desprecio profundamente ese tipo de novelas. Creo que son productos comerciales lanzados para satisfacer la demanda de un mercado de lectores poco formados, poco exigentes y que sólo buscan evasión. No tengo nada en contra de disfrutar con lo que uno lee, faltaría más. Pero le pido a los libros algo más. Una visión del mundo. Una voz personal. Un poso. "Los fantasmas de Edimburgo" tiene todas esas cosas y algunas más. El mundo visto por un depredador. El ascenso y caída de un especimen social que hoy resulta demasiado frecuente. Y una historia que es un poco la de todos los españoles que ya hemos cumplido los cuarenta. No tengo mucho tiempo para leer. Procuro encontra la excelencia entre la morralla. Este libro es excelente y por eso mi crítica y mi nota.

hace 15 años
10

Oí recomendar esta novela por la radio. Decían que era un libro diferente. Después de devorarla en tres días, no puedo decir más que era la pura verdad. Pocas veces me he sentido tan identificado generacionalmente con un libro. El protagonista es un auténtico impresentable, pero al mismo tiempo uno no puede evitar sentir simpatía por él. Parece que te esté contando tu propia vida, y los comentarios que hace, aunque cáusticos y muchas veces "incorrectos", suelen ser muy atinados. Pero lo más reseñable de la novela es lo divertidísima que es. Un libro muy provocador que no se queda en la pura provocación. Un libro estupendo, vaya.

hace 15 años

Un libro perfecto para el otoño. Una lectura algo complicada, muy sugerente para las tardes nubladas y lluviosas como las de Edimburgo. Muchas de las facetas del personaje nos pertenecen a todos aunque nos resulten desagradables. Una forma de narrar ágil e intensa que engancha desde el principio. Su sentido del humor y su procacidad es una buena carta de presentación.

hace 15 años