A principios de los años sesenta del pasado siglo, en el estuario del Loira, en un antiguo lazareto reconvertido en psiquiátrico, un niño observa a un loco que, sentado en unos escalones y acompañándose de un lento balanceo del cuerpo, salmodia: «Taba-Taba-Taba...»Ese niño es Patrick Deville y su pa...