Se ha dicho de esta historia que es el mejor relato terrorífico del siglo XX. El problema de la distensión subjetiva de las coordenadas espacio-temporales y su realidad en una dimensión extraña a nuestra percepción lógica, alcanza aquí una fuerza alucinante. La mutación producida en un investigador a raíz de sus experiencias antimateria y su lucha fallida por devolverlo a su primitiva morfología, sirven de hilo conductor de una trama sobrecogedora, horrísona, hábilmente construída. Este argumento ha sido llevado por dos veces a la pantalla. La más reciente (1986), con éxito clamoroso. Las otras historias reunidas en este volumen, de no menor interés que ”La mosca”, plantean también, bajo formas diversas, una especie de lucha contra el tiempo, una nueva visión de relatividad que Langelaan desarrolla con original maestría.