Es una novela breve curiosa, en la que el protagonista, ya adulto, recuerda anécdotas vividas en su infancia, que mezcla con sus recuerdos sobre el Señor Sommer –el hombre más famoso de la comarca, aunque también el menos conocido en realidad-, un extraño personaje que se instaló en su pueblo y que pasa los días andando, de la mañana a la noche.
Muy bien escrita, es una historia tierna y con cierto humor, pero también transmite nostalgia por esa edad pasada –cuando aún se subía a los árboles- y toca muchos temas profundos sobre los que reflexionar. Contiene además simpáticas ilustraciones a color de Jean-Jacques Sempé. Me ha gustado, creo que es una lectura llena de pequeñas metáforas sobre la vida y toda una delicia de leer.