Buen libro. Diría que necesario para la asimilación o también la discrepancia de algunos conceptos nacionalistas referentes a la historia de Barcelona y cataluña. Ildefonso Falcones ha evitado ser fiel a la historia, y se separa de ella en un oportunista y travieso ejercicio ficticio que flirtea con desligar al Condado de Barcelona de la corona de Aragón. Sin embargo, esa travesura es mera ficción, arte y artificio de la imaginación para enfatizar un mensaje aún hoy poco comprendido desde los diferentes flancos, ese fuerte sentimiento del nacionalismo emergente catalán frente al inmovilismo de una visión nacional casi imperialista y reacia a referendos. ¿Dónde está el pecado? Quizás, a saber, esa diferencia, esa separación, ese nacionalismo sembrado en las últimas décadas debería hacernos pensar para respetarnos como los herederos de nuestra propia historia, y tal vez, quién sabe, ser capaces de llegar a ser hermanos con diferentes costumbres y lenguas, en el más absoluto sentimiento de respeto. El argumento engancha con brío y se hace bastante ameno, sobretodo instructivo. Es desgarrador por momentos, la realidad cruenta en un viaje al pasado de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna, una traslación de sucesos históricos, de evolución e involución hacia la libertad del hombre. La trama se desarrolla con sorprendente credibilidad, aunque a veces los acontecimientos puedan desencadenar acciones inverosímiles, heroicidades algo endebles y giros argumentales demasiado "afortunados" en la vida de un simple camperol, obviamente para una época y sociedad estática, anquilosada y controlada por la nobleza y la inquisición. Aún así, y tiene mérito, Ildefonso Falcones arrastra al lector, lo "hipnotiza" con su prosa llena de matices y buena acción, documentada y ágil en el desarrollo, una prosa que embauca en su atractiva presentación de unos hechos que finalmente llegan a ser creíbles y factibles a pesar de su utópica modernidad.
hace 7 años
20
-1