Muy buena novela, de esas que inevitablemente, conducen al lector a la reflexión. Sorprende lo moderna que es. Aunque sucede en un lugar y un tiempo indeterminados se podría suponer que el autor tenía en mente el mundo de hoy en día cuando la escribió. Este mundo que tanto ha empeorado desde aquel fatíditico día de septiembre del 2001. Pero no es así, la novela es de 1980. Coetzee está denunciando los abusos del colonialismo y del imperialismo en general y de Sudáfrica en particular. Son muy interesantes las reflexiones del protagonista, el viejo magistrado. Ante los abusos y la brutalidad contra los posibles enemigos o los que son diferentes, ser justo, ser noble, ser decente. Pero ¿aunque esos gestos no sirvan para nada? ¿aunque te pongas en contra de los tuyos? ¿aunque te destrocen moral y fisicamente? Sí, digo yo. A pesar de todo, ser justo, ser noble, ser decente.
hace 6 años