Un libro extraordinario, una vez que te enganchas no puedes parar. Es impactante como se desarrolla la trama, sin dar lugar a huecos, cada palabra parece perfectamente adecuada, no hay sobrantes. Lo mejor del libro es el fin que busca el maravilloso Saramago, al hacernos ver a través de los ojos de la mujer del médico todo el horror, todas las penumbras y las humillaciones por las que puede pasar el ser humano. Me hizo recordar un poco el libro de William Golding "El señor de las moscas", donde también se representa lo más primitivo del hombre. Y qué mejor explicación que una de las últimas frases de este libro "Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven." A veces la indiferencia es el peor verdugo.
Sobre su estilo al escribir, si bien es muy particular y fuera de lo común, se deja entender. Es el primer libro que leo de Saramago y sin duda leeré muchos más, es un genio.
hace 9 años
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