En cierto modo no puedes dejar de empatizar con él y entender sus razonamientos para algunas cosas, pero también se muestra infantil y egocéntrico. No me ha gustado tanta descripción de borracheras e ingesta de drogas, con esas confesiones da más munición a todos los que, según él, le han vilipendiado y acosado. Y me ha molestado bastante que hable de homeopatía, videntes, señales mágicas y chorradas similares. En tanto al libro en sí, es ameno, ágil, de fácil lectura. No pasará a la historia de la literatura, pero se puede leer sin que sangren los ojos.
hace 1 mes