Para pagar las deudas de su padre, Alesha debe casarse con Loukas, un conocido magnate naval. A la altura de su grandioso apellido, luce un físico exquisito y ojos azabaches, y mira con ansias a su recién adquirida novia, como si la desnudara prenda por prenda. Su comportamiento trae a Alesha recuerdos que hubiera preferido olvidar: hacer el amor sintiéndose violada y sufrir abusos como parte de un juego. Nunca podrá contarle a Loukas que la novia que ha comprado no puede darle la pasión que espera en el dormitorio...