La novela parte de un hecho intrascendente: el protagonista decide afeitarse el bigote que lleva desde hace años para darle una sorpresa a su mujer, pero inesperadamente ella no reacciona. A partir de ahí, lo que parecía una broma se convierte en una situación cada vez más surrealista y perturbadora, en la que el protagonista se ve atrapado. Una novela no solo original, sino que juega con uno de los miedos más profundos del ser humano: la pérdida de la identidad. Una novela con un planteamiento y un desarrollo kafkianos, con una atmósfera propia del mejor Hitchcock, y con ciertas reminiscencias de "El hombre duplicado", de Saramago, da mucho más de lo que se podría esperar. Puro suspense, la sensación que produce es de lo más inquietante.
hace 9 años