Esta lectura, me ha producido sensaciones contrapuestas.
En general, me ha parecido una novela bien documentada y que nos ayuda a comprender mejor los orígenes del conflicto árabe-israelí desde sus orígenes y desde dos perspectivas distintas. En ella, Julia Navarro, nos conduce a través de la vida de Samuel; un judío de origen polaco, desde la Rusia de los Zares, a la Palestina de Ben-Gurión, pasando por el glamour parisino de principios de siglo, los Pachás del Imperio Otomano, y la crueldad de los campos de exterminio nazi, que nos describe con extrema crudeza.
La novela, arranca de forma trepidante, pero luego se ralentiza mucho y cae en la reiteración, con frases que se repiten hasta la saciedad y con multitud de personajes, la mayoría de los cuales no tiene ninguna relevancia: primos, tíos, amigos, hermanos, hijos, cuñados, nueras, sobrinos, maridos, suegras…cuya retahíla de nombres, la autora se empeña en citar constantemente, lo que llega a producir cierto hartazgo. Además, todos los protagonistas masculinos de la novela, aunque pasan por difíciles circunstancias, resultan ser “bellísimas personas”; hombres nobles y valientes, fieles a sus principios y sus ideales... y por su parte las mujeres, sobre todo las árabes, resultan anodinas, volcadas únicamente en casar a sus hijos para que tengan hijos que sigan con la tradición familiar, e hijas volcadas a su vez en casar a sus hijos...Y así pasan generaciones.
El "sorprendente" final, me ha parecido bastante embarullado y en resumen, aunque la novela tiene momentos brillantes, en mi opinión es muy redundante, cae en bastantes tópicos y le sobran unas cuantas páginas.
hace 9 años
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