No es una obra maestra, pero no está mal, resulta entretenido y es breve (unas cien páginas). Es el tercero y último de los Diarios de Lorenzo. El mismo personaje, Lorenzo, con la jubilación voluntaria a los sesenta años. En la vida real no hace muchos años, unos veinte, pues ya había pasado la Transición y menciona algunos datos que la identifican. En éste, ya jubilado, su protagonista cae pro primera vez lo que había evitado hasta el momento y le sale el tiro por la culata. En general, como los dos anteriores, agradable y con el interés propio de seguir la vida de un personaje que muy bien podría ser de la vida misma.
hace 9 años
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